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EE. UU. Y CHINA AMPLÍAN PAUSA ARANCELARIA

En un giro inesperado, Estados Unidos y China han acordado extender por 90 días su actual pausa arancelaria, según un comunicado conjunto emitido durante las negociaciones en curso en Estocolmo. La medida, que busca crear espacio para un acuerdo comercial integral, mantiene suspendidos miles de millones de dólares en aranceles mutuos mientras las dos potencias debaten temas sensibles como tecnología, propiedad intelectual y agricultura. Este nuevo plazo, que se suma a la tregua firmada a principios de año, ha sido recibido con alivio por los mercados internacionales y podría allanar el camino hacia una desescalada estructural en las tensiones comerciales bilaterales. En este artículo exploramos el contexto del anuncio, su impacto inmediato en mercados clave y las proyecciones para los próximos tres meses.

Reacción global a la prórroga


Mercados celebran el respiro

La noticia de que Washington y Pekín prolongarán por 90 días su pausa arancelaria generó una reacción positiva inmediata en los mercados financieros. El Nasdaq y el Shanghai Composite subieron un 1.8% y un 2.3%, respectivamente, impulsados por el optimismo de los inversionistas ante una posible solución negociada.


El yuan chino se fortaleció frente al dólar, subiendo un 0.9%, mientras que los precios de los semiconductores y componentes electrónicos repuntaron. Las bolsas europeas también mostraron modestas ganancias, reflejando un alivio global ante la posible estabilización del comercio internacional.


Indicadores sensibles al comercio

Sectores directamente expuestos a las tensiones entre EE. UU. y China, como el tecnológico, agrícola y automotriz, fueron los más sensibles a la prórroga. Los futuros de la soja aumentaron un 4.1%, mientras que fabricantes como Apple y Huawei observaron mejoras en su perspectiva operativa para el trimestre.


  • Tecnología: subidas de entre 2% y 4%

  • Agronegocios: repunte en exportaciones previstas

  • Automóviles: reducción del riesgo arancelario inmediato

  • Retail: alza en la confianza de importadores

  • Energía: volatilidad moderada


La extensión ha sido percibida como una señal de voluntad diplomática que beneficia tanto a los consumidores como a las cadenas de suministro globalizadas.


Puntos clave de las negociaciones


Progreso en áreas críticas

Las conversaciones en Estocolmo han girado en torno a cinco ejes estratégicos: derechos de propiedad intelectual, subsidios industriales, acceso al mercado tecnológico, normas agrícolas y mecanismos de resolución de disputas. Ambas partes han reportado avances modestos, especialmente en materia de protección de patentes y certificación fitosanitaria.


Estados Unidos insiste en establecer controles más estrictos sobre transferencias tecnológicas forzadas, mientras que China exige mayor acceso a plataformas estadounidenses y una eliminación gradual de restricciones sobre semiconductores.


Tácticas de prolongación

La extensión de 90 días refleja una táctica de ambas partes para evitar un colapso abrupto en las negociaciones. Según fuentes diplomáticas, el marco sueco ha facilitado un clima más neutral, libre de presiones mediáticas y electorales. Esto ha permitido explorar compromisos en temas tradicionalmente irreconciliables.


  • Propiedad intelectual: China acepta nueva legislación de cumplimiento

  • Agricultura: EE. UU. relaja exigencias de etiquetado

  • Subsidios: se estudia un registro común de incentivos estatales

  • Tecnología: posible acuerdo sobre estándares compartidos de IA

  • Arbitraje: se propone tribunal comercial neutral


La fase sueca de las conversaciones podría marcar un punto de inflexión diplomático si culmina con un borrador preliminar de tratado antes de noviembre.


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Escenarios para los próximos 90 días


¿Punto muerto o solución histórica?

Con esta prórroga, se abren tres escenarios principales para el cierre de 2025. El primero, optimista, plantea un acuerdo comercial parcial que elimine aranceles selectivos y abra sectores clave a la inversión. El segundo, de statu quo, mantendría la pausa sin cambios sustanciales. El tercero, pesimista, implicaría el colapso de las negociaciones y la reactivación de tarifas cruzadas.


El gobierno estadounidense ha señalado que usará este periodo para reforzar sus alianzas estratégicas con socios del G7, mientras que China busca ampliar su influencia comercial a través del RCEP y nuevas rutas logísticas euroasiáticas.


Cómo prepararse ante la incertidumbre

Empresas e inversionistas deben adoptar una postura flexible y orientada a escenarios. La diversificación geográfica, el abastecimiento multilateral y la protección de márgenes mediante coberturas serán herramientas críticas para enfrentar posibles giros.


  • Evaluar riesgo de exposición arancelaria directa

  • Ajustar cadenas logísticas ante cambios regulatorios

  • Monitorear señales políticas desde Washington y Pekín

  • Optimizar contratos de largo plazo con cláusulas flexibles

  • Invertir en inteligencia comercial predictiva


La prolongación de la pausa no es garantía de paz comercial, pero ofrece una ventana de oportunidad estratégica que no debe desperdiciarse.


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